2.11.24

Por la calle Albarracín

 



Por la calle ALBARRACÍN

van subiendo los recuerdos:

Un zagal creyó una vez

que era el Capitán Trueno.

 

Se encaramó en las murallas

trepando desde el Venero.

y desenvaina la espada

que le hiciera el carpintero.

 

Ya viene de defender

el gran castillo roquero,

del asalto de los moros,

combatiendo con denuedo.


Tiene una herida en la frente,

la sangre mana sin freno

pero venció al enemigo

y ha liberado a su pueblo.

 

En el grifo una doncella

lo lava y le estampa un beso

al valiente capitán,

al invencible guerrero.

 

Un viejo mira orgulloso

aquel castillo altanero;

por la calle ALBARRACÍN

van bajando sus recuerdos.

 

JUAN JOSÉ BECERRA LADERA



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