15.1.24

Dende la otra orilla



Un regato es la linde que separa
la tierra los vivos del campo los muertos.


Y al atravesar el cauce sediento,
la corriente arrambló con los sueños.


Se escabulló con la infancia,
se tragó los mi juegos.


Un zagal dende la otra orilla
grita perdío en el tiempo.


Aluego deambula solitario
apedreando las ventanas y los perros.


Com’un alma en pena
de la que naide se percata.


Porque los vivos está tos muertos
y los muertos campan a sus anchas.


Malvivo en un pueblo fantasma
enlleno de bisalmas y de espectros.


El entusiasmo de la mocedad,
las ilusiones, las promesas y los besos.


Son restos de papeles que revolotean
en la Corredera desque pasó el festejo.


El río del orvió farató
d’un plumazo los mis recuerdos.


Y ora no sé si pertenezo
al bando de los vivos o al de los muertos.


¿Qué más da?
Pal caso es lo mesmo.


No semos naide. Si acaso
un espejismo en el desierto.


La cirigoncia de un loco,
el defarío d’un cuerdo.


La llama mortecina d’un fuego fatuo
consumiéndose en el cementerio.


Esperando la llegada
del santo advenimiento.




©J.J.B.L.

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