Por la calle de la Iglesia
pregunto de casa en casa:
¿Quién vive? Ya no responden
ni Masangui, ni las Pacas
(buenos jeringos, las unas;
y el otro ¡qué buenas papas!).
Manolo Fernández, bueno
de obras y de palabras.
Don Pedro, Manuel el Rapa,
(Vengo con el incensario
vengo a recoger las brasas).
Ruiz, Antonio Martínez,
(“Niño, vete por la caja
de las telas y las muestras
que voy a hacer una capa”).
Mateo, Juan el del Caño
señor de buena labranza.
A llevar las aceitunas
al molino, y a la fragua
con las rejas pa calzarlas.
Calle de los comerciantes
honrados de noble casta,
labradores y artesanos
de oficio y de justa fama.
Hoy pregunto por sus nombres
y me responde la nada.
Un recuerdo para ellos
y una oración por sus almas.
¿Quién vive? Ya no responden
ni Masangui, ni las Pacas
(buenos jeringos, las unas;
y el otro ¡qué buenas papas!).
Manolo Fernández, bueno
de obras y de palabras.
Don Pedro, Manuel el Rapa,
(Vengo con el incensario
vengo a recoger las brasas).
Ruiz, Antonio Martínez,
(“Niño, vete por la caja
de las telas y las muestras
que voy a hacer una capa”).
Mateo, Juan el del Caño
señor de buena labranza.
A llevar las aceitunas
al molino, y a la fragua
con las rejas pa calzarlas.
Calle de los comerciantes
honrados de noble casta,
labradores y artesanos
de oficio y de justa fama.
Hoy pregunto por sus nombres
y me responde la nada.
Un recuerdo para ellos
y una oración por sus almas.
J.J. Becerra
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